jueves, 22 de diciembre de 2022

FÁBRICAS DE CURTIDOS- COMERCIO DE PIELES Y LANAS EN QUINTANA DE LA SERENA

 

 

Juan Francisco José Dávila Sánchez

FÁBRICAS DE CURTIDOS. COMERCIO DE PIELES Y LANAS EN QUINTANA DE LA SERENA (BADAJOZ)

<<Así es –dijo el licenciado-; porque no pueden hablar también los que se crían en las Tenerías y en Zocodover como los que se pasean casi todo el día por el claustro de la Iglesia Mayor…>> (Miguel de Cervantes: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Cap. XIX. II Parte).


TENERÍA. Curtiduría. Tenería es sinónimo de curtiduría. Sitio o taller donde se curten y trabajan las pieles (dle.rae.es). Su nombre proviene del tanino empleado en el curtido de las pieles desde la antigüedad, que se extraía de la agalla producida por cinípidos, como el Andricus gallaedtinctoriae, en ciertos árboles como el roble y la encina.  


 

  
 Agallas de roble                      Casca (raíz de encina)                  Casca molida

Desde tiempos prehistóricos el hombre ha tenido la necesidad de utilizar las pieles de los animales, sobre todo para protegerse del frío, en la fabricación de calzado y, últimamente, en otras aplicaciones y objetos más modernos, aunque no tan necesarios. Una vez quitada la piel al animal es necesario conservarla y evitar la putrefacción, lo que, a lo largo de la historia, se ha solucionado con diversos procedimientos, desde el ahumado hasta la utilización de productos químicos pasando por el uso de productos naturales como el tanino.

           El tanino se obtenía de la corteza y hojas de diferentes árboles y arbustos como la encina (Quercus ilex), la coscoja (Quercus coccifera) y el zumaque (Rhus coriaria). La casca era la corteza de la encina y de la raíz que, una vez molida, se dejaba secar para su posterior uso; de aquí, los topónimos: Cercón de los Zumajes y Agalla. <<… y luego en estando bien manadas que no tengan agua, se han de descoser, y tender, y arrojar el zumaque que tienen…>> (Larruga, E. 1788).

A finales del siglo XIX, se desarrolló en Quintana una importante industria de curtidos que se iniciaría en los primeros años de la década de los noventa con la inauguración de la tenería de Diego Martín, en 1892 y la de hermanos Rey Barquero en 1897, que duraría hasta el cierre y desaparición de esta última a principios de la segunda mitad del siglo pasado. Posiblemente, Quintana de la Serena fue, junto con Zafra la localidad donde mayor número de tenerías llegaron a existir dentro de la provincia de Badajoz: <<… y Zafra, y a un gran número de tenerías en este último pueblo y en el de Casar de Cáceres>> (Miñano Bedoya, 1826). En la Gran Enciclopedia de Extremadura se menciona a Quintana de la Serena y Zalamea, junto con otras localidades (González Rodríguez, 1992: 288).

Todavía podemos ver los restos de algunos edificios en los que tuvo lugar esta industria, y dentro de ellos se pueden observar los pilos, pilas o piletas que eran unos depósitos construidos con losas de granito donde se realizaba el curtido de las pieles y en los que se sumergían para mantenerlas en contacto con el tanino y otros curtientes. Estas tenerías se ubicaban próximas al Arroyo del Tío Pepe y, sobre todo, en las afueras de la población; ello se debía al fuerte olor que producían algunos de los productos utilizados en las distintas operaciones que se practicaban, pues hasta la introducción de otros métodos más modernos como el curtido al cromo (bicromato de potasa), sulfatos, etc., en los sistemas antiguos se estuvo utilizando el excremento de perro, la orina, leche agria, y otras materias grasas. Al mismo tiempo, las tenerías consumían gran cantidad de agua, por lo que, además de disponer de abundancia en los pozos debían deshacerse de la usada y el arroyo al lado les permitía desaguar con facilidad (Plasencia, 2007). 

 

Pilos y tinajas de la antigua tenería de Diego Martín


En aquella época había tres o cuatro fábricas de curtidos importantes: estas dos que hemos mencionado; la que se encuentra al lado de la antigua fábrica de harina cuyo propietario era don Rafael Gómez-Coronado Barquero; y otra que estaba situada en el local que hoy ocupa la biblioteca, conservando aún por debajo del solado los antiguos pilos. Todavía podemos leer en la fachada lateral de la Casa de la Cultura “FABRICA DE PAN Y CURTIDOS. PRECIOS FIJOS”. Esta última perteneció a don Juan el de las Máquinas.  



Las tenerías o fábricas se curtir que figuran en 1931, eran: Coronado Gómez (sic), Rafael Gómez, y Viuda de Francisco Martín. Relacionados con la industria de la piel estaban los almacenistas y comerciantes de pieles curtidas y sin curtir. Figuran como comerciantes de pieles sin curtir: Tiburcio Fernández, Marcelino Rey Horrillo, Diego Rey y Diego Rey B. (sic) (Anuario General de España Bailly-Baillière-Riera, 1931).

Tomás de Aquino Barquero Barquero, nos dice que Quintana de la Serena en el año 1931 <<… no tenía industrias importantes, tres o cuatro fábricas de curtidos, unas canteras de piedra de granito mal explotadas, la fábrica de harina y electricidad y un comercio de pieles y lanas…>>. También no habla de que se celebraban <<Mítines […] en la vieja Fábrica de Curtidos llamada de los Tiritos…>> (Barquero Barquero, 1979: 13 y 19).

 A mediados del siglo XX, ya en plena decadencia, aparece en el Libro de Feria del año 1951, una poesía en la que unos versos nos hablan de la industria en Quintana: <<Hace cueros suaves cual seda, tiene industrias de pieles y lanas y canteras de duro granito…>> (ANFERTEN). Iniciada la década de los sesenta, encontramos: <<Dos fábricas de curtidos tradicionalmente acreditadas, trabajando en la actualidad por el procedimiento de curtición rápida, y, además, otra que trabaja por el procedimiento lento o antiguo de poca producción, y tres tenerías>> (Casco Arias, 1961: 251).

En el mismo Libro de Feria de1951, encontramos los anuncios publicitarios:

  <<José Rey Fernández. Almacén de Lanas y Pieles. Cosechero de Vinos. Ruiz de Alda, 13>>

 <<Rafael Rey Horrillo. Almacén de Pieles y Lanas. Frutos del País. Teléfono 1>>

 <<Viuda de MARCELINO REY HORRILLO. Fábrica de Curtidos y Almacenista de Lanas>>

 <<Ezequiel Fernández Coronado. Almacén de Curtidos y Desperdicios de goma”. Amargura, 8>>.

Don Juan Casco Arias nos habla del apellido Rey, de un modo especial: <<Sus miembros se han dedicado a la industria de pieles, mereciendo citarse en la actualidad a los almacenistas D. Marcelino Rey Fernández y a su hermano D. José, que han fomentado esta industria, dando trabajo y medios de vida a muchas personas…>> (Casco Arias, 1961:173).

A principios de la década de los setenta, encontramos en el epígrafe de “Curtidos”: Francisco Chacón García, en calle Gral. Yagüe, 55 (actual calle de Rodeo); Pedro Pozo Tejado, calle Miguel Barquero, 12; Marcelino Rey Fernández, en calle José Antonio, 6 (actual calle Abajo); y José Rey Fernández, en calle Ruiz de Alda, 15 (actual calle de Francisco Pizarro). Y en el epígrafe de “Piel”: Vda. de Rey, en calle José Antonio, 6 (Abajo); Vda. de Marcelino Rey, en calle Huertos, 15 (actual calle de Ntra. Sra. de Guadalupe); y Rafael Rey Horrillo, en calle Gral. Franco, 19 (Cacería) (Anuario Telefónico. Páginas Amarillas. 1971-1972).

También se fabricaban suelas para zapatos. En 1931, figuran como fabricantes de suelas, Hijos de Pedro Benjamín Barquero, Rafael Coronado y Viuda de Francisco Martín, y relacionado con este oficio estaba el de despellejador de animales, figurando Manuel Murillo (Anuario General de España Bailly-Baillière-Riera, 1931).


                   Restos de la antigua tenería de Diego Martín 

Además de las cuatro tenerías mencionadas al principio (tenerías de Diego Martín, hermanos Rey Barquero, Rafael Gómez-Coronado Barquero y don Juan el de las Máquinas), hemos localizado otras que hoy se encuentran totalmente desaparecidas, y algunos lugares que dedicaban a otros manejos con las pieles, a su almacenaje y comercio:

Tenería en la carretera de Valle de la Serena. En el solar diáfano que hace esquina con la avenida de la Constitución y la carretera de Valle de la Serena. El edificio ha desaparecido totalmente pero aún puede apreciarse algún resto del borde superior de uno de los pilos: <<D. Miguel Ortiz y Ortiz. Un edificio destinado a fábrica de curtidos en los extremos de la villa de Quintana de la Serena, al sitio Camino del Valle>> (BOP. 06/12/1904). Según testimonios orales perteneció también a don Alejandro Barquero.

Tenería en la calle Cacería. Diego Rey Dávila.

Tenería en la calle Camino de Zalamea. Perteneció a los Chuquitos. Eugenio Chuquito. Localizada en el número 136 de la calle Camino de Zalamea. 

Tenería en la calle Camino de Castuera. Localizada en el actual número 7. En la fachada existía una puerta de corralón, hoy casi tapiada, donde todavía se observan las bases de granito que sostenían las jambas de la misma piedra y desde las que arranca el arco de la portada realizado con ladrillo.

Tenería de Antonio Martín. En el antiguo corralón de El Bodegón, donde, actualmente, se encuentra la antigua discoteca Xanadú. 

Tenería en la calle Juan XXIII (Cerros de Gómez).

Tenería en la actual plaza de la Concordia. En esta misma plaza había otro local que también disponía de pilos situada frente a la que vemos en la foto de arriba y que fue propiedad de José Sánchez Miranda quien la adquirió por compra –según referencias orales- a Hijos de Pedro Benjamín Barquero.

TENERÍA DE DIEGO MARTÍN. En el camino que sale de la calle Juan XXIII y pasa por la Ermita de los Mártires, nada más cruzar el Arroyo del Tío Pepe, nos encontramos con un edificio en ruinas en cuya portada podemos leer la siguiente inscripción: <<TENERIA DE DIEGO MARTIN. AÑO 1892>>. Se trata de una antigua fábrica de curtidos ubicada en un amplio solar paralelo y al borde del Arroyo del Tío Pepe, cuyas traseras dan a la calle Camino Castuera. Todavía conserva la puerta metálica en la entrada figurando el año de su inauguración (1892). Accediendo por ella nos encontramos con una amplia nave donde se encuentran algunos pilos y un pozo que conserva el poste de granito con una horquilla de hierro en donde se disponía el cigüeñal con el que se sacaba el agua; a la izquierda, una puerta da paso a una nave alargada donde se encuentra un conjunto de pilos dispuestos en paralelo y, tan solo, separadas por un estrecho pasillo. En la parte trasera, toda diáfana encontramos otro pozo que también conserva el poste de granito para el cigüeñal y unos depósitos abiertos que debieron utilizarse para almacenar algunos restos de aquel proceso.

En el conjunto de pilos, hemos contabilizado un total de 22: unos de forma cuadrada y otros rectangulares; 16 de ellos con un tamaño aproximado de 1,50 x1,50 x1,80 cm  -esta última, la profundidad, es más difícil de determinar por la gran cantidad de escombros que contienen como consecuencia del derrumbe de la techumbre que cubría la nave- (Represa. 1994); y 4 de un tamaño de 3x1,50x1,80. Todo el conjunto está formado por un pasillo central de unos 60 cm de ancho a cuyos lados se extienden dos filas de estos depósitos, abarcando una extensión de 105 m2, siendo su longitud de 15 m. y su anchura de 7 m. En el primer depósito de la fila de la izquierda encontramos los restos de unas piezas metálicas bastante oxidadas que formarían parte del bombo de curtir, habiendo desaparecido las piezas de madera que lo componían; a continuación, existen cuatro pares de pilos del tamaño pequeño y dos grandes, al final. A la derecha del pasillo central encontramos un depósito de mayor tamaño que el resto, de 3x3 m. y a continuación dos de 3x1,50, al que le siguen cuatro pares de pilos pequeños. Todos estos depósitos se encuentran unidos y tan solo separados por la pared que los conforman y que consisten en grandes losas de granito unidas con cal y arena; el suelo no se puede apreciar, por lo comentado anteriormente, pero pensamos que deben tener como base la misma piedra de granito. 

Además de Diego Martín (1892), encontramos como propietarios: Viuda de Francisco Martín (Anuario General de España Bailly Baillière-Riera, 1931) y Gabriel Martín Tena: <<Robo de una fábrica de curtidos. Fábrica de curtidos de Gabriel Martín Tena 8 Kg. de suela, una piel de burranca pequeña, 21 pieles de ternera, 7 badanas, 5 pieles de cabra y 2 pieles de alfombras. Todas curtidas>> (BOP. 05/04/1944).

 


Tenería en el camino del Cementerio Viejo

  

TENERÍA DE RAFAEL GÓMEZ-CORONADO BARQUERO. En lo que hoy se conoce como la Antigua Fábrica de Harina, no solo existió ésta, sino que en su entorno se gestó un importante foco industrial compuesto por: una panadería, una fábrica de hielo y una fábrica de curtidos. El propietario era don Rafael Gómez-Coronado Barquero. Figura como “Fábrica de pieles” en el epígrafe de curtir del Anuario General de España Bailly-Ballière-Riera de 1931. En 1944, encontramos una referencia a este edificio: <<En término de Quintana, al sitio de las Cruces […] linda […] Norte, con baldío de las Cruces […] Dentro del perímetro de esta finca existe un edificio para la fabricación de curtidos>> (BOP. 02/10/1944). 

         En 1947: <<Viuda de Francisco Gómez-Coronado. Fábrica de Curtidos. Teléfono 32>> (Anuncio publicado en el Boletín del Colegio Nacional de Secretarios, Interventores y depositarios de Administración Local, Núm. 35, noviembre, 1947).

         En el Programa de Ferias y Fiestas, agosto de 1951: <<Hijo de Francisco G. Coronado y G. Coronado. Fábrica de Curtidos, sistema antiguo, Premiada en la Exposición Ibero Americana de Sevilla con Diploma y Medalla de Plata>>.

 

Tenería junto a la antigua fábrica de harina


TENERÍA DE HERMANOS REY BARQUERO. Junto al antiguo Matadero, en la actual Plaza de la Concordia, existió una fábrica de pieles conocida como la “tenería de los Tiritos”, de la que se conserva parte de fachada y en la que podemos ver la siguiente inscripción: <<R B H 1897>>. Un año antes aparece en el Anuario Riera un anuncio que dice: <<REY BARQUERO HERMANOS. Quintana de la Serena, provincia de Badajoz. Compran y venden para la península y extranjero toda clase de pieles al pelo, lanas, curtidos y flor para cuajar leche>>. En 1947, encontramos: <<Viuda de Marcelino Rey. Fábrica de Curtidos>> (Anuncio publicado en el Boletín del Colegio Nacional de Secretarios, Interventores y depositarios de Administración Local, Núm. 35, noviembre, 1947). Esta fábrica fue la última en cerrar y con su cierre finaliza y desaparece aquella pujante industria del curtido en Quintana de la Serena.


Tenería en plaza de la Concordia

 COMERCIO DE LANA. El aprovechamiento tradicional de la lana, junto con la elaboración del queso y la venta de los borregos, constituían las principales fuentes de ingresos de los granjeros de Quintana a mediados del siglo XVIII, conforme queda reflejado en el Catastro de Ensenada de 1752. Muy apreciada la lana, se dice que cada arroba se componía de seis vellones cuando era de oveja y de cuatro vellones cuando era de carneros y su precio era de cuarenta reales la arroba: <<que cada @ de Lana se compone de seis vellones siendo de òbejas y siendo de carneros de quatro poco mas ò menos y que el precio de cada àrroba contemplan, unos àños con otros à quarenta Reales à corta diferienzia,>>. A finales de este mismo siglo se habla del comercio de lana en el Interrogatorio de la Real Audiencia de 1791, siendo en esta época el aprovechamiento más importante que se hacía del ganado lana: <<Con cuias espezies no se aze mas comercio que la benta de lanas finas para el norte, la de bastas para colchones y jerga del reino>>. En las Memorias políticas y económicas…, de Eugenio Larruga, se indica el precio de la arroba de los dos tipos que había, la fina y la burda: <<La lana de los ganados de la villa de Quintana es fina, suele valer á setenta reales la arroba, que conducen á la ciudad de Sevilla: la burda que se corta sirve para la fábrica de xergas de Don Benito, y para enchimiento de colchones, y suele valer cada arroba de treinta á quarenta reales>> (Larruga, 1795: 271-273).

En relación con la lana se encuentra el oficio de esquilador, encargados de quitarle a la oveja la lana a partir de los primeros días de calor de la primavera (durante los meses de abril y mayo), iniciándose con las labores de la esquila el proceso de comercialización de este producto. La industria de la lana estuvo muy unida a la actividad de la venta y el curtido de pieles.

        En 1921, figura como comerciante de lanas y pieles al peso, Diego Rey Dávila (Tierra Extremeña). En 1931, aparecen: Marcelino Rey Horrillo, Diego Naranjo, Diego Rey Barquero, Diego Rodríguez (Anuario Bailly Baillière y Riera). Rafael Rey Horrillo y José Rey Fernández figuran como almacenista de pieles y lanas (Libro de Feria, 1951); así como, durante los años cuarenta, cincuenta y sesenta, Viuda de Marcelino Rey Horrillo, fabricante de curtidos y almacenista de lanas. Diego Rodríguez nos habla de un tío suyo, Diego Rodríguez Coronado, que se dedicaba a comprar pieles y lanas, que almacenaba y luego vendía a las fábricas de textiles de Barcelona (Rodríguez/Zavala, 1999: 82).
        En la actualidad encontramos ganaderos preocupados por ofrecer una lana de calidad cuidando la selección de la raza merina, como es el caso de la familia Gómez Coronado, en la finca San Antonio, con la producción de un vellón que se caracteriza por su densidad, finura y uniformidad, entre otras cualidades; pudiendo ser la cantidad dada por una oveja tras la esquila, de 3 kg de lana.
Libro de Feria, 1951 y Tierra Extremeña 


BIBLIOGRAFÍA

-GRAN ENCICLOPEDIA DE EXTREMADURA (1992). Dr. Fco. José Mayans Jofre. Ediciones Extremeñas, S.A. Mérida. Tomo IX, Tenerías. Alberto González Rodríguez. pág. 258

-BARQUERO BARQUERO, Tomás de Aquino. (1979): Un trozo de historia de mi pueblo. Quintana de la Serena (Badajoz). G. Robles, S.A. Humanes de Madrid.

-CASCO ARIAS, Juan: Geobiografía e historia de Quintana de la Serena. Editorial Prensa Española. Madrid, 1961.

DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO ABREVIADO. 6ª edición. Tomo VI. Espasa-Calpe, S.A. Madrid, 1955. 

-JIMÉNEZ BENÍTEZ-CANO, Agustín/MARTÍN NIETO, Dionisio Ángel: Tierra Extremeña. Ramón A. Fernández de Sevilla Palomo. Colección Recuperación Bibliográfica. Asociación Cultural Torres y Tapia. Diputación de Badajoz. Villanueva de la Serena, 2013.

-LARRUGA, EUGENIO. (1788): Memorias políticas y económicas sobre los frutos, comercio, fábricas y minas de España…. Tomo III. Madrid.

-MIÑANO Y BEDOYA, Sebastián. (1826): Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal.

-PLASENCIA LOZANO, Pedro: La presa renacentista del Casar de Cáceres, Norba-Arte, vol. XXCII (2007)/ 9-28

-REPRESA, María Fca. (1994): Tenerías palentinas. La pervivencia de una tradición. Revista de Folklore. Fundación Joaquín Díaz, Núm. 165.

-RODRÍGUEZ ORELLANA, Diego y Antonio ZAVALA: (1999) Aprendiz de gañán. Biblioteca de Narrativa Popular. Editorial Sendoa. Oyarzun (Guipúzcoa).

FUENTES

-Anuario General de España Bailly-Baillière-Riera (1931). Barcelona.

-Anuario Telefónico. Páginas Amarillas. 1971-1972, Tomo II, C.T.N.E. Gráficas Ramón Sopena, S.A. Madrid-Barcelona, 14ª Edición.

-Boletín Oficial de la Provincia. Diputación Provincial de Badajoz.

-CATASTRO DE ENSENADA, 1752. ARCHIVO GENERAL DE SIMANCAS (A.G.S.). Respuestas Generales al Catastro de Ensenada. Libro 148: Quintana de la Serena. 

-Libro de Feria (1951). Ayuntamiento de Quintana de la Serena.

-RODRÍGUEZ CANCHO, M. y BARRIENTOS ALFAGEME, G: Interrogatorio de la Real Audiencia en 1791. Archivo Histórico Provincial de Cáceres (A.H.P.C.). Sección Real Audiencia de Extremadura: Visitas a Quintana. Publicación de la Asamblea de Extremadura, 1995. Interrogatorio de la Real Audiencia. Extremadura a finales de los tiempos modernos.

PÁGINAS WEB

www.funjdiaznet/folklore/

www.euetii.upc.es

-https://gomezcoronado.es/rendimiento/

FOTOS

DÁVILA SÁNCHEZ, Juan Francisco José.

     




Quintana de la Serena, 2015

(actualizado 22-12-2022)




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